lunes, 21 de enero de 2013

Mamá, voy a tirarme al vacío.

¿De quien será culpa que selle estas palabras aquí? ¿No hay otra persona? ¿Tuve que ser yo? De quien heredaría yo este alma deshidratada de amor. Mi humor dura las 24 horas del día, supongo que es por que es mi única vía de escape para dejar de pensarte. Tantas poesías, tantos cafés y té para velar toda la noche por culpa de tener un alma mal alimentada y es que solo se alimenta de besos, de los tuyos. 

Es inevitable gritar mientras caes a un vacío sin poder agarrarte a una rama o una roca, tan inevitable como besar unos labios que guardan un beso para ti. Mirarte era como contemplar  una obra de arte antigua de Van Gohg, Piccaso o Goya. Era inevitable pensarte más de 12 horas al día. Y cuando sabes que vas a caer a ese vacío, te aferras. A el, a sus brazos. Pero tenía miedo de que tu fueses más fuerte que yo. De que fueses tanto. Y huí.