miércoles, 12 de junio de 2013

Caminar.

¡Tecambiounquéporuncapó! 

¿Madurar? ¿Quien dijo eso? Yo pensaba que ser infantil era la felicidad absoluta. Que los problemas se los dejabas a mamá y a papá y que tu eras el rey -o reina en mi caso- de la casa que se pasaba el día jugando. Pero claro, un día mi madre me cogió desprevenida y empezó hablarme de que tenia que empezar a madurar y yo misma arreglar mis problemas -me tape los oído, pero los gritos de mamá traspasan todo- me dio lecciones de como poder ser mayor. De verdad que yo no quería llegar hasta este punto d y tener que pensar -y de verdad- que quiero ser un futuro -o de mayor, como cuando nos preguntaban de pequeños, que claro, era más fácil decir que querías  ser por que eras un gran soñador- ¡Y que pereza! Total que... He hecho una mezcla entre madurez e infantil, para no perder costumbres y ¡que coño, para ser feliz!




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