martes, 14 de enero de 2014

Cambiemos los papeles.

Déjame meterme en tu papel,
déjame entenderte
déjame sentirte
déjame que me afeite cada mañana
que me corte el pelo cada quince días
y que guiñe ojos a cada chica.

Te juro que si no me gusta hacer tu papel
me invento otro
en el que yo sea la chica,
la que se pinta los labios de fresa
para besar(te).

Y me inventaré una historia
en la que yo te cosería las heridas
y se quedarían en cicatrices
con historias que contar.

Concédeme ese deseo,
el de habitar tu piel
el de sentir tu respiración
detrás de la nuca,
de la oreja
por favor, déjame ver tu cuerpo
que resulta que es el paraíso
de la poesía.


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